Sierras prelitorales de la ría de Vigo en el entorno de las islas del Parque Nacional.
En las sierras prelitorales de la ría de Vigo, en el monte Alba, las nubes cargadas de agua provenientes del Océano atraviesan y sortean las islas del Parque Nacional para descargar sus precipitaciones en esta suerte de muros, que se ubican a mayor altitud que las islas y que alcanzan entre los los 300 y 700 metros de altitud.
Es primavera y aunque hay ausencia de sol, poca luz, viento, lluvia, y niebla mesta cargada de humedad, apreciamos el proceso de floración de las distintas especies de plantas que se nos presentan.
Las plantaciones de especies alóctonas como eucaliptos y pinos se entremezclan con sobrevivientes de la flora autóctona (castaños, robles, retamas y tojos, helechos, zarzas, dedaleras, ombligos de venus o uvas de gato, que se establecen sobre suelos graníticos con incrustaciones a veces de cuarzo). Sobreviven en un medio parcialmente humanizado, alterado y transformado por los monocultivos, incendios, pastos y pistas. Aunque siempre con un afán de supervivencia por restaurar la cubierta vegetal original.
Se acumulan las gotas de auga procedentes de los bancos de niebla que servirán de reserva de agua y retienen la humedad para la época de sequía estival.
Una abeja libando néctar da buena cuenta de de su importante función como polinizadora.
Estas cadenas montañosas constituyen un cinturón verde de la ciudad de Vigo, en donde abundan las áreas recreativas, parques forestales e itinerarios señalizados para su uso recreativo y deportivo.