ASÍ SE VIAJABA A LAS ISLAS CÍES Y POR LA RÍA DE VIGO EN 1957.
Circunstancias, historia, características, pasaje y tripulación de un buque tipo.
Un barco de pasaje a Cangas.
No corta el mar sino vuela
Por José Luis Fernández y Fernández
09/02/1957
-…
-«Seis barcos más, el de mayor tonelaje y por consiguiente hermano mayor, el “Morrazo”, con capacidad para quinientos pasajeros, fuerte, resistente y adecuado para los días de marejada y excursiones largas, por fuera de esta ría. Mi hermano pequeño, es el “Alegría” que nos aventaja a todos en velocidad y otros cuatro más de menor desplazamiento.
-¿Qué tiempo invierte en sus travesías?.
-Veinte minutos a Cangas, quince a Moaña, y cincuenta a las Islas Cíes, aproximadamente.
-¿Cómo se definiría usted?
-Como el barco de las tres cualidades: seguridad, velocidad y confor.
-¿Recuerda alguna anécdota?
Puedo anotar aquella sucedida un caluroso día deverano regresando de una vuelta por la ría con un grupo de turistas, que al llegar a puerto, iban tan emocionados bailando con la música que salía de mis altavoces que no quisieron desembarcar, obligándome a continuar hasta altas horas de la noche, en plena fiesta.
-¿Y usted también bailaba?
-Yo no, precisamente cuando lo haga los que no bailan son ellos.
-¿Tuvo que suspender en los días de mal tiempo algún viaje?
-Nunca, a excepción de aquellas veces en que lo ordenó la Comandancia Militar de Marina como medida de seguridad.
-¿Muchos mareados en sus travesías?
-Mareados, “ah” entre nosotros le llamamos “baixas”, pues no, alguna que otra “Baixa” pero casi siempre eso señoras de edad.
Se oye una pitada, tiene que marcharse, yo le digo a adiós a este barco tan salado, y mientras está desatracando empiezo a pensar que me han “querido embarcar con este reportaje…”
La Noche.