Marina Gómez investigó en su tesis el papel ecológico del argazo
Conservar la biodiversidad de las playas estuáricas depende de las algas
La investigadora lamenta la falta de planes de conservación y gestión de estos arenales
D. Besadío | Vigo
Playa Ladera, en Baiona; Arnelas y A Cantareira, en la Isla de Arousa y Mañóns en Boiro. Estos son los cuatro arenales elegidos por la investigadora Marina Gómez para realizar su tesis de doctorado, una investigación pionera sobre la ecología de los varamientos de macroalgas en las playas estuáricas de la costa de Galicia, lo que se conoce como playas protegidas o poco expuestas a las ondas. Los resultados obtenidos no dejan lugar a dudas: la mayor parte de la biodiversidad de estas playas depende en gran medida del varamiento y descomposición de las algas que la fuerza de la marea deposita en ellas.
«Los depósitos de algas proporcionan no sólo una estructura física que puede ser usada como refugio o lugar de cría, sino que además representa una importante fuente de nutrientes y energía para la fauna de las playas», explica la autora de la tesis, quien durante más de dos años estudió de manera pormenorizada la cantidad, localización y composición específica de los depósitos de algas que llegaron la estos cuatro arenales gallegos. Lo hizo cómo investigadora del grupo de investigación de Ecología Costera, a lo que pertenecen los dos directores de la tesis, los profesores Mariano Lastra y Jesús López.
La selección de estos cuatro enclaves no se hizo al azar, sino atendiendo a sus características físicas (por ejemplo, el grado de protección frente a las ondas) y de sus características biológicas (presencia de bancos moluscos bivalvos, entre otras). «Lo que hice fue a analizar el efecto que tienen estas aportaciones de algas sobre la biodiversidad de las playas y determinar que especies de macrofauna se encuentran asociadas a los procesos de degradación que sufren una vez depositadas en la arena», recalca Gómez, al tiempo que aclara que la investigación incluyó un experimento de campo en el que se analizó en detalle este proceso de degradación.
El proceso de degradación afecta a todos los organismos de su entorno
Los resultados de la tesis muestran que la arribazón de algas son la base de un complejo sistema trófico que proporciona diferentes vías para la transformación de los nutrientes, desde las acercas externas de algas hasta los consumidores primarios y secundarios (crustáceos, insectos…) e incluso más arriba de la cadena trófica (peces, aves marinas e incluso los reptiles de las dunas). «Los valores de respiración medidos sobre los parches de algas probaron que estos depósitos crean una zona activa o punto caliente con una actividad biológica y química especialmente distinta la de su alrededor», apunta la autora de la tesis, que explica que esto indica que los procesos acecidos durante las diferentes fases de la degradación de todo este material vegetal producen efectos cascada que afectan a toda su entorno y a los organismos asociados. «Son toda una serie de detalles que ponen en relevancia el papel que estas acumulaciones de macroalgas tienen sobre el funcionamiento del ecosistema», recalca Gómez.
Entre los intereses ecológicos y los económicos
El grupo de Ecología Costera, al amparo del cual se realizó esta investigación, cuenta con una dilatada experiencia sobre el papel de las algas en playas oceánicas, expuestas directamente a las ondas, pero hasta lo de ahora apenas existía información sobre este tipo de playas protegidas, de gran relevancia en Galicia, tanto porque son muy numerosas, «buena parte de nuestras playas están dentro de las rías y, por tanto, protegidas de la acción directa de las olas», como por el tipo de actividades que se realizan en ellas, ligadas al turismo o la actividades tradicionales como la pesca o el marisqueo.
«En gran parte de las playas protegidas de nuestra costa se llevan a cabo importantes actividades económicas como la extracción de moluscos bivalvos, con un elevado número de mariscadores trabajando a pie de playa», destaca la investigadora, que explica que uno de los principales conflictos que surgen en estas zonas de marisqueo son las acumulaciones de algas, que en muchos casos se acostumbran a dar de forma masiva en algunas épocas del año y que están relacionadas con los procesos de afloramiento de aguas profundas que se producen en la costa y que fertilizan el medio. «Además, en estos ambientes abrigados y protegidos de las olas se dan las condiciones excelentes para el crecimiento de las que se conocen cómo «algas oportunistas», como la ulva o lechuga de mar, que favorece la formación de densas acumulaciones de algas que quedan flotando a la deriva y que, generalmente, acaban varadas sobre las playas», explica Gómez, que hace hincapié en que este fenómeno, que se acostumbra a conocer como marea verde, es un problema para los bancos de moluscos bivalvos, ya que cobren la superficie del sedimento durante la bajamar provocando la muerte de los moluscos por asfixia, «por eso la eliminación de estos depósitos es una práctica muy extendida».
Ante la existencia de este conflicto entre intereses económicos y ecológicos respecto al manejo de estos varamientos de algas, la autora de la tesis defiende como «de vital importancia» disponer del conocimiento necesario para afrontar este problema y establecer planes para la conservación y gestión de las playas protegidas.
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